viernes, 22 de abril de 2011

Ni rosas, ni espinas.

Cuando mi tía me piden qué libro quiero para Sant Jordi, siempre tengo una lista un poco larga preparada para que de todos los que he escrito pueda escoger el que encuentre primero o el que le suene más bonito. Siempre me confiesa que es un alivio esa lista porque así no tiene que pensar cuál regalarme.

Me gusta que me regalen rosas para ese día pero un libro es duradero.


Pero este año, ni listas ni nada. Me llamó para preguntarme y me quedé en blanco. Abrí rápido el google chrome y empecé a buscar libros mientras le daba conversación telefónica para que no se notara mi descuido.

Le dije dos libros al azar y me comentó que si quería algún otro que la llamara antes de las dos del mediodía. Eran la una y media. Después de buscar en las webs de editoriales y tiendas de libros sin encontrar ninguno que me llamara la atención, descolgué el teléfono, marqué su número y le dije :

- Quiero el Premi Sant Jordi 2010.

Y ahí está. Leí la contraportada. Parece muy bueno. Y eso espero porque por algo es Premio Sant Jordi, ¿no?


L.

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