lunes, 30 de julio de 2012

Un pez gordo llamado China

En unos jardines, mientras me tomo un café, oigo una conversación entre dos personas (tal vez amigos, tal vez familiares, tal vez amantes) sobre las famosas tiendas de los chinos donde más de uno hemos ido a comprar alguna que otra cosa.


Pero, que gran verdad lo que oigo. 
Imagínate que eres chino y quieres emigrar en busca de un país en condiciones (hoy en día, ni esto tenemos aquí). Decides montar un negocio en España (obviamente, un Bazar Chino de tropocientos metros cuadrados. Ellos no se conforman con poco). El Gobierno de China invierte el dinero necesario en tu negocio, al 0'1% de interés y a devolverlo en 20 años. 

Pensaréis, "menuda ganga". Y lo es. 
Pero esto no es todo. El Gobierno Chino pone unas condiciones:
- Todos los empleados deben ser chinos.
- Todos los productos fabricados en China.
- Todos los beneficios se deben destinar a China.


Es un pez que se muerde la cola: No hay dinero, no hay trabajo, compramos productos baratos a menor calidad (en los chinos), este dinero se va a China, España no obtiene nada, compramos más en los chinos, se contrata a gente de la China, vienen familias enteras de la China, en España sigue creciendo el paro, los chinos van ganando dinero que se va hacia su país, España sigue en crisis, no disminuye el número de parados, no tenemos ni un euro...


Si esta conversación en los jardines está bien argumentada, ¿hasta que punto nos beneficia comprar en los Bazares? 


L.





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